En una parcela de 400 m2, a poca distancia del mar, hemos realizado este pequeño proyecto que supone un paso más en nuestra búsqueda de mejorar la eficiencia energética de nuestros edificios. Jugando con la forma del edificio, con sus curvas e intentando coordinarlas con el movimiento solar, esta vivienda de imagen robusta y pesada, se aprovecha de las condiciones climáticas de su entorno para «climatizarse» sin aparatos tecnológicos costosos. Sus protecciones solares, su alta inercia térmica, su ventilación controlada y sus cubiertas verdes consiguen «milagrosamente» este confort interior sin encarecer el presupuesto de la obra.
¡Enhorabuena a los futuros propietarios!